domingo, 4 de mayo de 2014

Juan Manuel Santos y su ausencia en los debates.

Juan Manuel Santos y su ausencia en los debates.

Por: Andrés Lizarralde Henao
Consultor de Marketing Político

Está bien que en ocasiones los consultores políticos le aconsejemos a nuestros candidatos que no asistan a uno u otro debate, porque no vemos conveniente caer en encerronas que puedan afectar la campaña de nuestro cliente; pero esa estrategia de los asesores de la campaña reeleccionista de Juan Manuel Presidente, de no asistir a ningún escenario para debatir sus propuestas con las de los demás aspirantes al primer cargo nacional, la veo demasiado descabellada; máxime cuando se trata de alguien que quiere continuar en el cargo, pues pone en evidencia la incapacidad que puede tener el Presidente de hacer verdaderas propuestas renovadoras o controvertir los argumentos de los contrincantes que quieran cuestionar sus acciones de gobierno.



No sé cuál será el objetivo por parte de la campaña del candidato Presidente de escurrirle el cuero al único escenario en el que los ciudadanos tienen la oportunidad de percibir las diferencias entre todas las propuestas, para en últimas inclinar su voto en las urnas; pero de lo que si pueden estar seguros quienes están al frente de esa campaña, es que su burla o cobardía de no salir a los encuentros con la controversia de ideas que exigen los procesos democráticos, la están notando todos los colombianos.

La justificación de Santos, es que no tiene tiempo para salir a debates porque se encuentra gobernado el país, cuando todos sabemos que tuvo cuatro años para hacerlo de manera ordenada y coherente, y no con el mismo afán del mal estudiante, que cuando ya ve reprobado el semestre o su año lectivo, sale a las carreras a querer remediar lo que no hizo durante todo un período.



Seguramente, ese temor es el gran motivo de Juan Manuel y su equipo de campaña para huirle a los debates, que sus contendores desnuden todas las falencias de su gobierno, y por ende, la incapacidad para seguir al frente de los destinos de Colombia, razón por la cual de manera indecente nos quita el derecho a todos los colombianos de escuchar a quienes pretenden gobernarnos, comparar las propuestas, evaluar resultados, analizar capacidades, y en últimas, decidir por quien votar.

Ante esta inconveniente y sucia estrategia, yo estoy de acuerdo con la propuesta de los demás candidatos que sí están asistiendo a los debates, quienes sugieren poner una silla vacía por cada aspirante ausente, para que los colombianos vean quiénes son los cobardes que no están en capacidad de darle la cara al país, porque siente vergüenza y temen que desnuden su incompetencia para estar en lo público, o simplemente la carencia de verdaderas propuestas en su discurso.

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