sábado, 8 de junio de 2013

ARTÍCULO DEL MES DE JUNIO DE 2013 - SI MAHOMA NO VA A LA MONTAÑA, LA MONTAÑA NO VA A MAHOMA.

SI MAHOMA NO VA A LA MONTAÑA, LA MONTAÑA NO VA A MAHOMA.

Por: Andrés Lizarralde

Inicio con esa premisa como título de este artículo, para decirles a los líderes políticos o funcionarios públicos, que la asistencia de las personas a los actos de gobierno, hace rato que dejaron de ser una exigencia y se convirtieron en una cuestión de correspondencia.

Sí. Así como lo está leyendo. Ya el cuento o mala idea de muchos políticos de creerse Dioses y pensar que la gente se debe a su gobierno, es cosa del pasado o algo que nunca debió ser percibido de esa forma, pues tal y como sucede en época electoral, son también las administraciones las que se deben a la comunidad.

Claro está, que si una vez adquirió un cargo de elección popular quiere seguir soñando y pensando que es la gente la que debe de ir a  su despacho para expresarle los problemas de su sector o simplemente saber cómo está, allá usted, pero luego no se queje.



Y le digo no se queje, porque la gente ya no es la misma de antes a la que los gobernantes podían manejar a su gusto y salían corriendo a cuanta actividad se organizaba. Por eso vuelvo y digo con más exactitud: “La asistencia de la gente a los actos de gobierno no es cuestión de exigencia, sino de correspondencia”.

Cuestión de correspondencia, porque ya la gente está entendiendo que las acciones de gobierno no son un favor sino una obligación. Además, porque como electores esperan ser correspondidos al voto que depositaron en las urnas, cosa que en ocasiones terminó siendo un favor del ciudadano que no recibió nada a cambio por el sufragio hacia el político.

Posiblemente no me vaya a dar la razón en este artículo, pero hoy es una realidad que se evidencia en muchos solitarios eventos o actividades de gobierno, en los que el mandatario esperaba las multitudes que lo acompañaron en elecciones, pero que terminaron siendo una desilusión y fracaso por la ausencia de público.

En ese caso no culpe a los demás del fracaso de su evento o de la mala percepción que tiene en la comunidad, mucho menos a su equipo de trabajo. Al que respaldó la gente fue a usted no a ellos. Usted fue el que se acercó a ellos, les ofreció puertas abiertas y atención, pero luego se alejó. La gente esperaba de usted, no de los demás.

¿Ahora sí entiende lo que digo? ¿Ya analiza lo que desde lo público significa la palabra correspondencia? Sencillo, es igual a lo que pasa en una relación de pareja cuando una de las dos personas deja de ser especial. Muy simple, la relación se enfría, se pierde el cariño, desaparece la confianza y se termina todo.

Por eso, ningún político debe creer que por haber llegado a un cargo de elección se ganó un premio gordo y ya no necesita de los demás, pues como bien lo afirma Morris West en su texto: Las Sandalias del pescador. Ahora empieza su calvario.

Sí. Ya sé. Seguramente se estará preguntando: ¿Calvario con poder y dinero?

Pues mi respuesta es: Si. Calvario. Ya llegaste al poder pero eso no quiere decir que es algo eterno, más aún en la política, donde su dinámica puede llevarte a estar unas veces arriba de los demás y años después, abajo. En fin, ganar una carrera política puede ser un poco complicado pero lo realmente difícil es mantenerse.

De esta forma, todo lo anteriormente expuesto va a que entienda que una vez llegue al poder debe seguir conectado con la gente. En campaña permanente. Saludando, visitando y dialogando. Y volviendo al ejemplo de las relaciones de pareja, alimentando el amor de parte y parte para que el vínculo se mantenga.

Así mismo, pasa con las relaciones entre la gente y el gobierno. Debe existir una permanente comunión entre mandatarios y la comunidad. Recuerde que el político ganador se debe es al favor de los electores. Favor que debe ser correspondido con contacto directo para que sepa y sienta lo que quiere la gente.

Piense y tenga en cuenta este aporte que nos deja Yury Morejón Ramírez de Ocáriz en su libro De tú a tú. La buena comunicación de gobierno: “Deja los despachos para los técnicos y los asesores. No tengas miedo a pisar la calle. Huye de la soledad del poder. Y de la arrogancia. No te aísles, recorre el país, habla con la gente. Nunca pierdas de vista la realidad. Estate donde se te necesite. Dosifica tus apariciones. Reúnete con los que te quieren y con los que no. Toma buena nota. Gobierna para la mayoría sin pasar por encima de las minorías”.



A los ciudadanos les gusta ver y sentirse escuchados por aquellas personas en las que ellos han depositado su confianza para manejar las riendas de su ciudad. Invierta todos sus recursos y esfuerzos en estar sintonizado con la gente de manera directa, para que conozca sus necesidades por sencillas de solucionar que parezcan. Acuda a los barrios como lo hacía en campaña, toque puertas y en poco tiempo verá como la gente corresponde a su gestión y sin necesidad de obligarlos acudirán a todos sus eventos.

Ya lo sabe. “El gobernante no tiene que atrincherarse en su despacho. En las batallas, quien lo hace pierde la confrontación. Ello no significa que no dedique un tiempo valioso al análisis de documentos y propuestas, así como a reuniones con los miembros de la comunidad y su equipo de trabajo, pero una parte importante de su jornada debe estar en contacto con quienes lo eligieron”: FERNÁNDEZ Collado, Carlos. Marketing político e imagen de gobierno en funciones.

Estar en contacto con la gente para que se sienta correspondida, para unos puede ser algo sencillo, mientras que para otros una situación bastante complicada; pero para mí, es algo de sentido común, que seguramente hacías en campaña y con o sin intención dejaste de hacer cuando llegaste al poder.

“Acércate a la gente. Escúchala. Muéstrate abierto a recibir y leer sus cartas, sus mails, sus mensajes. Sus experiencias, sus problemas y preocupaciones. Sus sueños. Toma buena nota. Responde a las peticiones más prioritarias. Y actúa. Se sentirán escuchados. Atendidos, seguros, representados. En buenas manos”. MOREJÓN De tú a tú. La buena comunicación de gobierno




Ahora si me entiende por qué le digo que: “La asistencia de la gente a los actos de gobierno no es cuestión de exigencia, sino de correspondencia”. La comunidad no está obligada a asistir a sus actividades porque ya acudieron a las urnas a respaldarte con su voto. Ahora le toda a usted corresponderles y propiciar una relación permanente con ellos, y verá que solo de esta forma, le van a retribuir acompañando su gestión, para que en un próximo evento no tenga que matarse la cabeza pensando por qué la montaña no viene a Mahoma.