domingo, 4 de mayo de 2014

A LOS ELECTORES Y LAS PAREJAS NO SE DESCUIDAN NI SE ENAMORAN A LAS PATADAS



A LOS ELECTORES Y LAS PAREJAS NO SE DESCUIDAN, NI SE ENAMORAN A LAS PATADAS

Por: Andrés Lizarralde Henao
Consultor de Marketing Político

Lo que simplemente quiero decir con este título, es que al igual que a sus parejas, a los electores también hay que enamorarlos con buenos detalles y un excelente trato.

En este sentido, detalles y buen trato quiere decir que a los electores también hay que conquistarlos con dedicación, amor, sinceridad, respeto y sin presionarlos para que pasen las cosas. 

Los votos al igual que el amor se deben ganar, no se mendigan, ni se condicionan. Todo es cuestión de un trabajo constante y sincero para que se generen relaciones de confianza que permitan que sus seguidores se conviertan en esos electores duros que todos quieren tener, porque son los que de manera incondicional siempre acuden a las urnas a depositar un voto por usted. 



La clave está en el respeto, en tener detalles, brindar apoyo y ofrecer una mano amiga cualquier día del año y no únicamente en época electoral. 

Es similar a lo que sucede con las plantas, a las que se debe tratar con delicadeza y regar por lo menos todos los días del año para que puedan crecer, lucir siempre vivas, y en el caso de los árboles frutales, para que sus propietarios puedan gozar de buenos productos en tiempos de cosecha. 

La pregunta es: ¿Qué pasa cuando se dejan de regar las plantas, no se hacen detalles o no se apoya a los electores cuando lo necesitan?

Simple. Las primeras se marchitan y mueren. Pero en el caso de las relaciones de pareja y los electores, surge un cansancio generado por la ausencia del otro, se extrañan sus detalles, se acaba el afecto y viene el rompimiento de cualquier vínculo que pudiese existir.

Como consecuencia, entra en juego ese adagio popular: "un clavo saca otro clavo", pues siempre habrá otras personas pendientes de esa situación, dispuestas a llenar los espacios del otro y quedarse con ese botín electoral o sentimental.

Con esto, vendrán las intrigas y los reproches sin fundamento, en los que el único culpable es aquel que creía tener todo bajo control, el mismo que se ausentó, se volvió irrespetuoso, dejó regar las matas, tener detalles y mantener presencia permanente. 

Cuando esto sucede, ya no hay tiempo de llorar porque todo se terminó. 

Sí señores, se terminó y no hay nada que hacer.

Entonces, ni siquiera será momento de caer en señalamientos, intimidaciones, chantajes, ni reproches de una supuesta infidelidad sentimental o política, ya el daño existe y nada va a cambiar esa dura realidad.

Lo mejor, es que asuma las consecuencias, identifique en dónde pudo estar su error para que lo corrija, y sea consciente que las personas son libres de buscar a alguien que les de buen trato o llene los espacios que otros dejan, sea en lo laboral, en lo sentimental o lo político.

En síntesis, amigo político, piense que por más confianza o cercanía que tenga con sus votantes, jamás debe descuidar su caudal político, no lo pierda de vista por más que crea que siempre "tienen" o deben estar de su lado por el simple hecho de hacer parte de sus bases, pues muchas veces por tratarse de un apoyo incondicional, es al que más debe tener en cuenta, incentivar, consentir y tratar bien.

Precisamente a esos votos seguros, es a los que debe entregarles lo mejor, pues no hay nada más doloroso para un político, y más en plena época electoral, que le saquen los votos de su propia sede, pero ante cualquier descuido, es normal que algo así ocurra. 

Sepan que en política no hay territorios vedados y que como en toda competencia, en la que un voto suma o resta, lo mejor es que siempre tenga presente, que a los electores al igual que a las parejas, hay que enamorarlos con buenos detalles y no con maltrato, presiones, ni a las patadas.

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