NI TAN CERCA QUE
QUEME AL SANTO,
NI TAN LEJOS QUE NO LO ALUMBRE
Por: Andrés Lizarralde Henao
Consultor en Marketing político
Después
de leer y escuchar las múltiples noticias que generaron escándalo en
pleno proceso electoral por la Presidencia de Colombia, donde se acusó a los
consultores JJ Rendón y Germán Chica por supuestamente servir de mediadores
entre el gobierno nacional y varios condenados por narcotráfico para realizar
un proceso de sometimiento a la justicia, me viene a la memoria la entrevista
que tuve el pasado miércoles vía Skype con mi amiga Diana Anzoategui y sus
compañeros del Programa Internacional de Consultoría Política y Gestión de
Gobierno que se lleva a cabo en la Universidad San Francisco de Quito.
En
ese importante y fructífero diálogo me preguntaron por la ética y el rol que
debe tener el Consultor político durante la campaña y, una vez obtenido el
triunfo, como colaborador del gobierno; a lo que yo les respondí:
"Los consultores
debemos llegar a los procesos electorales con toda la disposición de
involucrarnos con la gente para conocer sus sueños, problemas, necesidades y
actual situación, con el fin de recopilar datos de interés para la campaña, ayudar
a formar al candidato, estar abierto al trabajo en equipo, mantener la sencillez
y conservando un bajo perfil, teniendo en cuenta que quien debe brillar es
nuestro cliente y no el asesor"...
..."Y si se
obtiene el triunfo y nuestro candidato nos pide que sigamos de su lado, asunto
aún más delicado; velar para que nuestro gobernante mantenga una buena relación
con la gente tomando como base la comunicación, que no pierda la esencia que lo
llevó a ganar en las urnas, que no se deje endiosar por los aduladores que
llegan a sobarle la chaqueta y que cumpla al máximo lo que prometió en campaña.
Pero por ningún motivo, debemos caer en la tentación asumir el rol de nuestro
cliente (el gobernante) queriendo actuar en su reemplazo asumiendo posturas
políticas, ni de gobierno, y mucho menos, involucrarnos en asuntos delicados y de gran interés
para los ciudadanos".
Esto
lo dije, porque para eso están ellos, los políticos que decidieron someterse a
la elección popular. Fue a ellos a quienes el pueblo concedió ese poder para que
busquen la solución a sus problemas, y no a nosotros como consultores; por más
que hallamos tenido que ver como facilitadores de un proceso que les permitió
llegar al poder.
Con
todo esto, volviendo al tema en el que están involucrados Chica y Rendón en
Colombia, que ha generado un escándalo que podría afectar negativamente la
campaña de Juan Manuel Santos en su aspiración de reelegirse, quiero decir que
no tengo nada en contra de los consultores que aún después de haber llevado a
sus clientes a cargos de elección popular, continúan tendiéndoles la mano para aconsejarlos
en algunos asuntos de gobierno.
Sin
embargo, por más buenas intenciones y espíritu de colaboración que podamos
tener, estoy convencido que debemos mantener un bajo perfil y estar como las
velas en el altar: “ni tan cerca para quemar al santo, ni tan lejos que no lo
alumbremos”; pues cualquier decisión o actuación que tengamos como asesores de
gobierno que sobrepasen los límites de nuestras funciones, que generen
inestabilidad en una ciudad, departamento o país, y sean detectadas por la
gente, pueden poner en riesgo la imagen o reputación de un gobierno, y por
ende, perjudicar los proyectos políticos a futuro, como en este caso está le
está sucediendo a la campaña reeleccionista de Santos.
Desconozco
las razones que tuvieron Redón y Chica para querer servir de facilitadores del gobierno
Santos en un proceso tan delicado y controvertido como el sometimiento a la
justicia de narcotraficantes, tampoco puedo condenarlos ni acusarlos de haberse
quedado con un supuesto dinero que según se denunció en los medios, se entregó
desde la cárcel por esta labor, pues esas son supuestas declaraciones de personas
que al estar condenadas no gozan de credibilidad. Por el contrario, reconozco
en ellos una gran capacidad para asumir retos electorales y aplicar estrategias
que han conducido a múltiples campañas a la victoria.
Pero
lo que sí puedo decir, es que si ellos hubiesen preferido estar en el punto
medio, conservar un bajo perfil y no involucrarse en un tema delicado y
exclusivo del presidente de Colombia, es decir, ni tan cerca, ni tan lejos del primer mandatario en este tipo de situaciones; es decir, como vela en el altar, jamás se
hubieran visto envueltos en este problema, ni con un posible sentimiento de
culpa por tener a la campaña reeleccionista en boca de todo el país por un
escándalo que como es normal en época de campaña, apenas se destapa y que podría quemar a Santos.
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